top of page
Buscar

Ahora que andamos despacio

Este libro de poemas de Iris Rivera fue publicado por La Gran Nilson hace poquitos meses (fines de 2024). La edición y la hermosa obra de arte que ilustra la tapa son de Alejandra Correa (gran poeta ella misma).



Empezaré diciendo que me encanta la poesía de Iris. Me gusta que todo lo que escribe pueda ser leído y disfrutado a la par por gente adulta y por niños (ella sostiene la tesis de que la etiqueta “para niños” (y también la opuesta, "para adultos") en un texto literario es una subestimación tanto de los lectores como de la literatura, y acuerdo cada día más con ella).


Además, claro, me encanta ella personalmente, la considero una amiga y la admiro un montón: compartimos lecturas y charlas, recibimos premios juntos, hasta estuvimos juntos en la tele (hablamos de Roald Dahl, aquella vez).


Así que, a riesgo de parecer (y ser) poco o nada imparcial (algo que nunca pretendí ser, menos que menos aquí en este blogcito), diré que este libro de Iris es muy genial. Ya comenté aquí, de la misma autora y la misma editorial, Puertas, que es otro gran poemario; pero aquí se luce incluso más: los poemas son en muchos casos muy breves, y los versos son muy cortos, a veces de una sola palabra, y en general el ritmo es cortito, como los puntos de un bordado o gotas que caen una tras otra, tuc, tuc, tuc: pero esos puntos de bordado son a veces tan profundos que llegan al centro del mundo y siguen. Mientras uno lee se ríe, se queda pensando, se sorprende: leer estos poemas se disfruta, bah, que es lo que debiera pasar siempre cuando uno lee buena literatura, en especial cuando es poesía. Disfruté mucho este libro, y ya lo releí varias veces con renovada alegría, encontrando nuevos hilos y ecos cada vez.


Ya desde el título nos deja mucho para masticar, Iris: el humor sutil del título, que hace referencia a la llegada de los muchos años (la adultez mayor, la vejez, la tercera edad, el momento en que se entiende al fin que no entender es todo lo que hay, o como prefieran) me recordó, por un lado, a los títulos de dos últimos libros de Ursula Le Guin, de 2018: “Sin tiempo para guardar” (No Time to Spare) y “Hasta ahora vamos bien” (So Far So Good). También me recordó la canción “Ahora que…”, de Joaquín Sabina; no soy muy fan de Sabina, pero me gusta mucho esa canción, que es un listado de frases que empiezan siempre con “ahora que…” que reflejan la llegada a una etapa avanzada de ser adulto, pero donde no se llega a ninguna conclusión, ni sobre la adultez ni sobre nada.


llega la poesía

te toca

es todo

lo que hace

no sabe

si pasó algo

tampoco sabe

si no pasó

cae

te toca y sigue

como la lluvia

(parte uno, poema 1)

 

Iris tampoco llega a ninguna conclusión (“saber / nunca / lo que ya sabía”, poema 7 de la parte 1): cada parte del libro toca, en forma algo difusa pero palpable, un tema (la parte 1, “Beber de esta agua”, habla sobre la poesía y las palabras; la parte 2, “De la puerta al sol”, sobre la naturaleza y las cosas del mundo; la parte 3, “Por lo más delgado”, sobre el tiempo y nuestra forma de nadar en él; la parte 4, “Otros cantares”, sobre circunstancias y momentos más personales, la familia, las personas).


bicho de luz

hace creer que hay una estrella

caída en el cantero

enciende una burbuja de la noche

pero la apaga

para no exagerar

hace la luz

la vuelve cero

bichito intermitente

desvelado

entrevisto entresueños

entredichos

ay ay

poeta de los bichitos

(parte dos, poema 4)

 

Y en cada parte ese tema llega y te toca y te transforma, y se convierte en ese collarcito de palabras que es el poema y que atesora un instante, una idea (a veces breve como un aforismo o un juego de palabras), un sentimiento fugaz pero reconocible, y nos transforma y cambia, en forma mínima pero indeleble, nuestra vida, esa vida en la que somos apenas un personaje “que se escribe a sí mismo / y que leemos / y releemos / sin poder / corregir hacia atrás”.


aceptar

que sube la marea

cuando sube

y que la tierra tiembla

cuando tiembla (…)

aceptar

como si no pudiera ser

de otra manera

porque no puede ser

de otra manera

constatarlo

saberlo de memoria

y sin embargo

no aceptar

(parte tres, poema 19)


[Digresión: al estar publicado "para adultos", es difícil que este libro llegue a la consideración de lectores niños/as y/o de quienes eligen los premios de LIJ (como el Destacados o el Cuatrogatos), y a las secciones LIJ de las bibliotecas y librerías, y a los mediadores que recomiendan libros para los niños y las niñas; sin embargo, perfectamente podría llegar a esos lectores y a esos premios y a esos espacios, en un mundo perfecto, porque estos poemas, como ya dije, pueden ser leídos y disfrutados sin ningún problema por cualquier ser humano de cualquier edad.]


En fin: podría seguir, pero voy a contenerme, pues sospecho que extendiendo mis palabras ya no mejoraría demasiado esta norreseña, en tanto lo mejor sería transcribir aquí todo el libro, y ya no sería lo que intento hacer, que es simplemente recomendarles que consigan y lean este libro de Iris Rivera. No se van a arrepentir, se los aseguro.


Recomendado.

 
 
 

Comments


bottom of page